sábado, 14 de mayo de 2011

Sagartoki de Vitoria - Gasteiz


Poco a poco, cada localidad va teniendo su referencia en el mundo de los pintxos, y en Vitoria - Gasteiz esta es el bar restaurante Sagartoki










Situado próximo al casco viejo de vitoriano, Sagartoki sorprende a sus visitantes con una cuidada exposición de sus pinchos y tapas en la barra. No al estilo donostiarra, sino siguiendo un estilo propio, cual piezas de museo, los pinchos se exhiben protegidos por vitrinas individuales y convenientemente etiquetadas.








El visitante puede escoger sus pinchos, bien a través de esta exposición museística, o bien hacerse con una de las carta-folletos que están a disposición de la clientela. En estas originales cartas, podemos ver fotografías de los pinchos y hacernos una idea de qué vamos a degustar.






En nuestra visita, probamos 3 pinchos. El primero, Rulo de Calabacín Frito, es un pincho sin complejidades, en el que se combinan de forma sencilla varios ingredientes, de una forma acertada. Podríamos hablar de un pintxo "clásico", y que seguramente gustará a la mayor parte del personal.







También probamos el "famoso" huevo frito con patatas, del que no entendemos de dónde proviene la fama, ni por qué dice "con patatas". Rico está, pero es que la yema de huevo, es rica siempre, y más si se envuelve en pasta brick. El resultado es tan positivo como efímero, pues tras un bocado (es obligado comer el pincho en un solo), habremos dejado limpio el plato.





Por último, Sagartoki nos ofrece una tapa de estilo japonés. Una tempura de verduras, que sorprenderá a aquellos desconocedores de la cocina japonesa, pero que dejará indiferente a los más experimentados. Nos gustó la presentación del pincho, sus dimensiones, y su sabor. Pensamos que fue un acierto probarlo.






En general, Sagartoki nos gustó, por su diseño, por la presentación de los pinchos, tanto sobre la barra, como en la original carta. También nos gustó la amplia variedad y originalidad de sus recetas. Como aspecto negativo, cierta lentitud a la hora de recibir atención, un día en el que el bar tenía bastante gente, pero lejos de estar abarrotado.